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sábado, 27 de febrero de 2010

En el mundo están desapareciendo las abejas


En el mundo están desapareciendo las abejas.

 Apicultores de Galicia nos cuentan qué está pasando con las abejas...

Los enjambres en la ciudad no son otra cosa que la respuesta vital de las abejas a la presión que está ejerciendo el hombre en el campo.  Los agroquímicos expulsan a las abejas de las praderas, y su institnto las conduce hacia los jardines de nuestras casas, hacia los parques y balcones.  Este fenómeno ocurre por primera vez en 35 millones de años. Deberíamos ser al menos cuidadosos al momento de interpretar nuestra nueva realidad.

Si las abejas están aquí, en la ciudad, no es porque nos necesiten, no buscan nuestro auxilio, lejos de ello, buscan recuperar lo que les fue quitado, que no es otra cosa que su ecoespacio, sus flores con sus néctares y pólenes.

Bien, ya están aquí, y como nuevas vecinas que son, pueden ayudarnos en nuestra vida cotidiana. 

El miedo, la primera reacción del hombre y la mujer de las grandes urbes los lleva a quemar los enjambres, a rociarlos con insecticidas, a eliminarlos una vez más...

Nosostros padres y madres, no alcanzamos a darnos cuenta que una colmena puede alimentar a toda nuestra familia en sus necesidades de azúcar de todo una año.  A una familia que en muchos de nuestros barrios no está pudiendo conseguir el alimento necesario para sus hijos.  La miel es un complemento imprescindible para una dieta saludable, y es además un endulzante muy superior en calidad que el azúcar.  

Una colmena basta para alimentar a una familia todo el año. Una sola colmena!!!!!

Una sóla colmena que además nos demandará sólo dos o tres días de trabajo en todo un año.

Una colmena que nos habrá de proveer de miel, de polen, de cera y en alguna ocasión hasta de algún efecto terapéutico.

Ellas una vez más, y a pesar de nosotros mismos, nos están dando una nueva oportunidad.  Y ciertamente no es mucho lo que tenemos que hacer.  No mucho más que darles un lugar tranquilo y en armonía donde puedan desarrollarse en paz.

viernes, 26 de febrero de 2010

El exilio de las abejas

Los enjambres son abejas libertarias. Los enjambres vuelan según su institnto. Los enjambres son guiados por su apego a la vida, a la preservación de su especie. En ningún caso las abejas están pensando cómo diablos colocar un frasco de miel en la góndola.

Sin embargo, las abejas del campo se han mudado a las ciudades.

Nuestros jardines en la ciudad, les garantizan lo que el hombre le ha quitado a la pradera.

Las flores.

En la ciudad hay más flores que en el campo, durante todo el año, y fundamentalmente hay menos agroquímicos.

Las abejas que vienen del exilio, han encontrado resguardo en nuestros parques, en las terrazas. Conviven con nosotros en paz y armonía. Las abejas trabajan todo el día, dentro y fuera de la colmena. Y cuando una abeja trabaja en paz, difícilmente se distraiga de su tarea. Difícilmente troque su armonía, interfiriendo con sus nuevos vecinos.

Por qué criar abejas en la ciudad

Crecimos en una época donde las montañas y las praderas, eran una fuente inagotable de vida libre. Todavía hoy conocemos maravillosos lugares donde la vida sigue fluyendo hermosa y en armonía.  Pero en general ello sucede cuando son tierras inaccesibles a los turistas, o poco redituables para la "libre empresa".

La última década revolucionó el campo a través de las semillas modificadas, de la siembra directa y de la nueva línea de agroquímicos verdes.

Las semillas modificadas son perfectas. De ellas crecen plantas perfectas. Todas iguales en color, textura y tamaño. Son más fáciles de cosechar, han permitido aumentar los rindes en forma notoria.

La siembra directa no requiere destruir la capa fértil del campo. No requiere mano de obra. El emplazamiento de la semilla se hace en el lugar adecuado, en el momento oportuno con ayuda de la tecnología satelital, que guía a las grandes maquinarias con escasos centímetros de error.

Los nuevos agroquímicos son amigables con los animales y con la naturaleza. Mucho menos letales que los anteriores químicos salvajes.

Crecimos en una época en que la revolución estaba a la vuelta de la esquina. Hoy habremos llegado al paraíso?


Aquella tarde cuando dimos vuelta la esquina, la revolución seguía esquiva, y el paraíso era sólo para unos pocos.

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La siembra directa dejó al campo sin trabajo y sin gente. El granero del mundo no le dio más granos a su pueblo y prefirió máquinas de última generación a las que sólo acceden grupos de inversión que no son buitres, pero como aquellos, permiten la desaparición de los pueblos, la degradación de la tierra, y la pérdida de la biodiversidad, que no es otra cosa que garantizar la pobreza.

Los nuevos agroquímicos se han multiplicado a tal punto que los millones de litros utilizados sólo de glifosato han inundado las napas de agua, los ríos y lagunas. Han disminuido la fauna que los habitaba y degradado sus ecosistemas naturales.

Las semillas modificadas generan plantas que no dan semilla. Por eso quien trabaja la tierra es hoy esclavo de la industria semillera. Hace falta que mencione los nombres de dichas industrias, que antes incendiaban las selvas con Napalm y ahora ahogan la vida con Roundup?.

Sin semilla el campesino no puede reservar una parte de su cosecha para plantar al siguiente año, y debe endeudarse con su proveedor de semillas, con su proveedor de agroquímicos y fertilizantes, especialmente diseñados para esa semilla.

Y si estas plantas modificadas no dan semilla, sus flores cuando las tienen, tampoco necesitan de abejas. Las abejas liban las flores en busca de néctares, con ellos producen ese tesoro que es la miel, y casi accidentalmente se ensucian sus patitas traseras con el polen, que laboriosamente trasnforman en pan para sus hijas. Sin néctar y polen no hay abejas. Sin abejas no hay biodiversidad. Sin abejas no hay vida natural. "Si las abejas comenzaran a desaparecer, a la humanidad le quedarían pocos años de vida", frase que fuera atribuida a Albert Einstein, y que más allá de las discusiones sobre la realidad de su origen, no deja de  señalarnos cuál es el camino.

Hoy los campos no tiene flores. Hoy los campos no tienen abejas. Hoy las semillas modificadas y los agroquímicos condicionan a nuestros países a presentes no sustentables y a mañanas graves e inciertos.

jueves, 25 de febrero de 2010

Abejas Urbanas. Ciudades más dulces


Abejas Urbanas promueve la crianza de abejas en forma orgánica en las ciudades.

Abejas Urbanas es un sitio de resistencia. Un sitio de creatividad, de lucha, de búsqueda, de encuentros, que pretende hacer confluir en él, a todos aquellos que entiendan que esta vía es un camino posible, en el intento de colaborar en la supervivencia de las abejas.

La población mundial de abejas disminuye velozmente. Con ella se ve amenazada la biodiversidad y la vida natural del planeta. Las abejas son en buena medida las responsables de la polinización, de producir vida en cada fruta, en cada vegetal que llega a nuestras mesas.