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martes, 21 de junio de 2011
jueves, 16 de junio de 2011
Y se nos fue otra temporada
La temporada fue extraña este año. Una hermosa primavera que prometía panales rebalzando dulzura terminando el verano. Las nuevas flores tapizaron con los primeros soles el valle del río. Cada primavera, los amarillos estridentes van desapareciendo las brumas y las nubes heladas, se va la nieve y nos desentumece el cuerpo y las colmenas, del frío invernal, en la esperanza de un renacer de enjambres, de reinas nuevas, de miel y mucho polen. Así empezó esta última primavera.
Pero entonces llegó diciembre, con fríos europeos, con escasas lluvias, y las flores fueron desapareciendo, los nidos no crecieron, y la producción de miel fue más que escasa. Se cosechó poco. Bastante poco y ante un otoño que se avecinaba seco y frío, se les dejó una buena cantidad de miel para el invierno. Poco, muy poco polen. Y en pleno abril, ya todo se llenó de nieve, de la noche a la mañana.
No alcanzamos a entrar el material al galpón que ya la nieve se había apoderado de nuestro mundo. El último tambor que cargamos la noche anterior para sacar al pueblo, amaneció oculto bajo una densa alfombra blanca.
Será que uno se sigue maravillando de la vida, y que cada obstáculo no hace más que enriquecer nuestro gusto por disfrutar de esta vida.
Aún cuando todo se complica. Como salir con la chata cargada surfeando nieve, cuestión que no es siempre un idilio, pero es esencialmente parte de nuestra elección. Y siempre preferible, al tránsito aburrido de las grandes capitales.
viernes, 10 de junio de 2011
De mieles y volcanes
¿Que sentirán con este viento de tierra mis amigas?
¿Dónde habrán quedado las últimas gotas de néctar otoñal?
¿Cómo será nuestro pueblo cuando la primavera amanezca?
¿Volverán los enjambres a enamorarse de las retamas en la cuesta de los olvidos?
Cuando nos vuelva la mirada, el mundo habrá cambiado, pero no será distinto.
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