Pitágoras es para occidente un nombre asociado a las metemáticas y a sus primeros enunciados teóricos. Occidente tuvo formas muy poco amenas de enseñar la ciencia de los números y de las formas, en general la aridez de sus planteos pedagógicos, acabó con la poesía de su lenguaje y el erotismo de sus pasiones.
Oriente eligió otros caminos, algo más románticos e inclusive con alguna dosis de gracia, para acercar a sus chicos a la magia de los números.
Les proponemos aquí un juego, descripto en el libro de Bhaskhara, el Sabio, el más famosos geómera de la India, quien al decir del maestro Malba Tahan, conocía los secretos de los astros y estudiaba los altos misterios de los cielos.
Bhaskhara nos hace un planteo simple (tan simple que puede resolverse con una ecuación de primer grado):
La quinta parte de un enjambre de abejas se posó en la flor de Kadamba.
La tercera en una flor de Silinda, el triple de la diferencia entre estos dos números voló sobre una flor de Krutaja, y una abeja quedó sola en el aire, atraída por el perfume de un jazmín y de un pandnus.
Dime bella niña, cuál es el número de abejas que formaban el enjambre.